Neutral, Suiza resiste la presión tanto interna como de la Unión Europea (UE) para imponer sanciones más severas contra Rusia por la invasión de Ucrania.
El presidente Ignazio Cassis anunció el jueves que Suiza adoptaría las mismas prohibiciones de viaje de la UE para 367 personas y empresas rusas. Pero Suiza no llegó a congelar los activos financieros y dijo que, en cambio, evitaría que sus bancos aceptaran más dinero de quienes están en la lista de sanciones de la UE.
La secretaria de Estado, Livia Leu, justificó la medida citando el papel de buenos oficios de Suiza y aludió en particular al mandato de potencia protectora que asume entre Rusia y Georgia. Pero esto no es suficiente para la UE.
“El mundo civilizado y democrático tiene que hacer frente a la mayor amenaza para la seguridad y la estabilidad europeas desde la Segunda Guerra Mundial”, dijo el viernes Peter Stano, portavoz principal de asuntos exteriores de la UE. “Afecta no solo a Ucrania. Afecta a Europa. Suiza es parte de Europa. Así que esperamos que nuestro socio, nuestro vecino, nuestro aliado haga lo mismo y se levante para defender los principios en los que se basan nuestras comunidades y países”.
Varios partidos políticos en Suiza también están pidiendo una postura más firme por parte del Gobierno. Los socialistas entregaron una petición firmada por 20 000 personas para que Suiza emita sanciones financieras totales.
Mientras la UE considera imponer nuevas sanciones, Cassis y el ministro de Economía, Guy Parmelin, se negaron a ceder el viernes. Cassis teme dañar el papel potencial de Suiza en la negociación de la paz.
“Si tuviéramos que seguir automáticamente las sanciones [de la UE], Suiza ya no podría desempeñar su papel diplomático tradicional con credibilidad”, dijo.
El presidente ucraniano Volodimir Selensky y el opositor ruso Alexei Navalny han pedido a Occidente que imponga duras sanciones a Rusia. La Unión Europea, que ya ha aplicado sanciones, está considerando medidas punitivas adicionales. Mientras tanto, Estados Unidos insta a Occidente a coordinar las sanciones.
Inicialmente, el Gobierno suizo anunció que su objetivo era evitar que Suiza fuera utilizada como plataforma para eludir las sanciones impuestas por la UE. Por lo tanto, estaba analizando las sanciones de los demás Estados. Así es como Suiza gestionó la anexión de Crimea en 2014.
En ese contexto y en una declaración extraordinariaEnlace externo, el presidente de la Confederación, Ignazio Cassis, anunció el jueves la adhesión de Suiza a las sanciones de la UE en materia de viajes y finanzas. Sin embargo, indicó que Suiza seguirá absteniéndose de imponer sanciones propias.
Un ejemplo concreto es que mientras la UE pretende congelar los activos de las personas que figuran en su lista de sanciones, Suiza solo se asegurará de que sus bancos no acepten más fondos de estas personas. Con ello pretende evitar que los rusos sancionados se sirvan de Suiza para eludir las medidas de la UE.
Varios factores influyen en las consideraciones del Gobierno suizo:
La neutralidad. Este hecho determina que Suiza debe estar a la misma distancia de las dos partes del conflicto. Sin embargo, los expertos en derecho internacional coinciden en que esta postura no es aplicable si, como es el caso de Rusia, se trata de un claro ataque unilateral que viola el derecho internacional.
Un posible papel de mediador en el conflicto. Suiza organizó un primer encuentro entre Vladimir Putin y Joe Biden en Ginebra y ofreció claramente y en repetidas ocasiones sus buenos oficios a ambos países. La imposición de sanciones podría poner en peligro este papel.
La Conferencia sobre Reformas en Ucrania: Este año Suiza organiza la V Conferencia anual sobre Reformas en Ucrania, centrada en el desarrollo económico del país. Está previsto que se celebre en julio en la ciudad de Locarno. Se trata de un prestigioso proyecto del presidente Ignazio Cassis y una plataforma importante para la economía suiza, que ha visto en Ucrania un mercado prometedor. Si Suiza no se mostrara solidaria en este momento, Ucrania podría sentirse herida.
Las relaciones con la UE: Las relaciones entre Bruselas y Berna han llegado a su punto más bajo. Suiza se esfuerza por no empeorar la situación. Si la UE decide imponer sanciones duras, Suiza se verá presionada.
Sede comercial: En Suiza se encuentran las sedes de numerosos gigantes de comercialización de materias primas con intereses en Rusia o que comercian con materias primas rusas, como el petróleo y el gas. Según la embajada rusa en Berna, el 80% del comercio ruso de productos básicos pasa por Suiza. Trafigura y Vitol tienen participación en proyectos de Rosneft y comercian con petróleo ruso, al igual que Gunvor. La sede del polémico proyecto del gasoducto ruso Nordstream 2 también se encuentra en Suiza. Por lo tanto, la decisión que tome Suiza tendrá una gran importancia internacional. Y eso supone al país una fuerte presión para actuar.
La plaza financiera: También según la embajada rusa en Berna, los bancos rusos Sberbank y Gazprombank tienen una sucursal en Suiza. Desde la perspectiva rusa, Suiza es, con diferencia, el mayor receptor de capital privado ruso. Según el Banco Central de Rusia, entre 5 000 y 10 000 millones de dólares de dinero privado ruso acaban cada año en Suiza. Este hecho es también interpretado por la comunidad internacional como una poderosa herramienta.
Fuente https://www.swissinfo.ch/
