Un 29 de enero de 1985 el Papa Juan Pablo II auspició una multitudinaria misa en Ciudad Guayana, en un acto que contó con el talento de un niño con una voz maravillosa, llamado Adrián Guacarán, interpretando la canción de «El Peregrino» dedicada a Su Santidad por ser uno de los Papas que más había viajado por el mundo predicando con sus palabras.
Adrián Guacarán hizo lo que muchos cantantes soñaban, cantarle a Juan Pablo II durante su visita y validar la ferviente fe que tenía en la religión. Este niño no sabía que apenas viviría hasta los 44 años con muchos problemas de salud. Una insuficiencia renal acabó con su vida debido a la escasez de medicamentos, provocada por la dictadura de turno. Un talento que se fue, sin nunca haber sido valorado ni homenajeado, como era debido.
De su canción de «El Peregrino» se vendieron más de 100.000 copias y logró que alguien le pagara una visita a la Santa Sede en el Vaticano para visitar al sumo pontífice Juan Pablo II.
Adrián continuó cantando en su inocente infancia, pero ya no con tanto éxito, debido a que la gente solo lo apoyó en el momento. Pero 11 años más tarde le dieron una oportunidad para trabajar en la política y le abrieron las puertas para trabajar en la Asamblea Nacional, donde ocupó varios cargos en la parte administrativa. Con eso ganaba para lograr mantenerse económicamente junto a su mujer.
Su carrera musical comenzó desde muy pequeño. Cuando apenas cursaba el kínder, participó en el festival Cantaclaro. Representó a Barlovento en el concurso y quedó en segundo lugar.
Su familia insistió en que tenía mucho talento y así lograron llegar a llevarlo a Radio Caracas Televisión (RCTV), en donde pudo participar y concursar en el Primer Festival Folklórico Infantil de Venezuela con Guillermo González, el “Fantástico”. Allí sí logró obtener el primer puesto, y el premio fue un contrato por tres años como artista exclusivo del canal y además la grabación de un long play que se llamó «Soy criollo».
Fue después de este concurso que logró participar en la ceremonia con el Papa Juan Pablo II en Ciudad Guayana, y allí obtuvo la fama que lo dejó marcado como todo un personaje de la sociedad venezolana. Apenas un niño pero con un enorme talento.
Luego de esa experiencia siguió con sus estudios de primaria y educación básica en Caucagua, pero siempre dedicándose a la música, logrando grabar dos discos, durante los siguientes dos años (1986 y 1987) convirtiéndose luego en un artista exclusivo de Venevisión.
Como la música no era algo que le diera mucho dinero para mantenerse, decidió buscar trabajo, siendo ya adulto, y logró obtener ayuda para entrar al mundo de la política, pero apeas trabajando en la parte administrativa.
Surgió un problema de salud y sus riñones dejaron de funcionar bien. En una Venezuela que ya después del inicio de la dictadura se había quedado sin medicinas, Adrián Guacarán suplicó por sus redes sociales la ayuda de quien pudiese conseguir los medicamentos que evitarían su muerte, pero no lo logró.
Falleció, lamentablemente, de insuficiencia renal, por falta de administración de medicamentos básicos, que en cualquier otro país se consiguen fácilmente.
Su último mensaje antes de partir fue «Saludos a todos. Yo, Adrián Guacarán, solicito con urgencia para mí aldactone de 100 mg. Dios les pague«, y días después abandonó este mundo para irse junto a su Dios.
Fuente https://www.asieravenezuela.com/p/adrian-guacaran.html
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