Caracas, 31 de octubre de 2019/.- En una entrevista exclusiva para el diario La Razón, realizada por el periodista Noel Gómez, el Diputado perseguido por el régimen, Américo De Grazia, aseguró que “Nicolás Maduro Guerra maneja las minas de coltán, que el ELN guarda y custodia en la zona de Parguaza, municipio Cedeño del estado Bolívar”.

Desde la residencia del embajador de Italia, señaló que la intención de Nicolás Maduro al entregarle una mina de oro a cada gobernación es: “Implicar a todos los que pueda, en su saqueo y hacerlos cómplices de la barbarie que ocurre en la región de Guayana”.

A su juicio, a dichas gobernaciones “le va a ocurrir lo que ocurrió en Guayana, donde se inoculó a los pranes, a los grupos armados, a los grupos terroristas como el ELN, las FARC, el Hamás y el Hezbolá, para operar en estas minas para poder tener el control social que ejercen actualmente en Guayana Es una expansión de la tragedia”

De Grazia explica que “la presencia del ELN obedece a una política de estado para protección mutua. El Estado venezolano a través de las Fuerzas Armadas le garantizan protección al ELN…  Para que se lucren y representen una amenaza creíble a los aliados internacionales de la democracia, en el sentido de que si incursionan en nuestro territorio habría una guerra prolongada, evitando todo posibilidad de ayuda internacional al pueblo venezolano”

El parlamentario denuncia que el hijo del jefe del régimen, “Maduro Guerra, maneja y opera las minas de coltán, que el ELN guarda y custodia en la zona de Parguaza, municipio Cedeño del estado Bolívar, al suroeste del estado Bolívar, frente a los estados Apure y Amazonas y Colombia”.

Además agrega que “también están en las minas de Guayana los hijos de Cilia Flores, el propio Tareck El Aissami, Diosdado Cabello, Maykel Moreno y militares”.

Al respecto, advierte que “por concepto de coltán no se registran ingresos al tesoro nacional. A pesar de haber trascurridos cuatro años de explotación no ha ingresado ni un centavo de dólar al fisco nacional”.

Sobre su estadía en la embajada, De Grazia confiesa que: “No es un lecho de rosas, implica limitaciones tanto físicas como políticas. Tenemos prohibidas las visitas políticas, obviamente no nos hemos podido ver con los compañeros de la causa R ni con los de la AN. Entiendo que son normas que tenemos que cumplir. Forman parte de los obstáculos que debemos enfrentar en la lucha contra la dictadura”.

Lea la entrevista en La Razón

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